Historia de la Cueva del Hielo (Parque Nacional del Teide)
“En el Refugio de Altavista se dejaban las mulas y los operarios iban hasta la Cueva del Hielo, cogían el hielo en bloques, que se forraban con pinocha, paja, sacos o helechos, para posteriormente llevarlas a hombros hasta la pequeña Meseta de Altavista.
En este punto se cargaban en las mulas para luego ser llevado hasta las poblaciones. Esta cueva, que en realidad es parte de un tubo volcánico que se ha hundido, quedando un hueco por el que se baja hasta el fondo de la misma, está situada a unos 3.400 metros de altitud, tiene unos 55 metros, 9 metros de altura y unos 15 metros de ancho”.
“La nieve se explotaba en Tenerife desde mediados del siglo XVIII, utilizándose para el consumo y para el comercio.
El aprovechamiento de la nieve para fabricar hielo, permitió que se pudieran conservar alimentos, hacer bebidas frías o incluso helados. El negocio de la nieve era rentable principalmente en verano. Las neverías eran los puntos de venta de nieve y hielo o de productos que la contenían, por lo que era común que éstas coincidieran con cafés, que la comercializaban principalmente en forma de helados y bebidas frías. Los neveros eran las personas encargadas de la explotación de la nieve. La recogían, transportaban y suministraban en la ciudad a los suministradores minoristas o comerciantes.
Dentro de los neveros existían varias especialidades, los peones, que recolectaban la nieve, los pisoneros que se encargaban de compactarla dentro de los pozos y los arrieros que la transportaban en las mulas. Se comenzaba cogiendo la nieve superficial en los puntos más próximos a las poblaciones, aprovechando toda la que se podía directamente de la depositada sobre el terreno.
Esta nieve es la primera que desaparece por el deshielo por lo que su aprovechamiento era limitado, lo que obligaba casi a diario tener que subir a mayor altitud para conseguirla. A medida que la nieve superficial desaparece, esta se conserva mayor tiempo en el interior de las grietas naturales, aunque eso si a mayor altitud y por tanto más lejos de la población”.
También se construyeron Pozos de Nieve, creados por los neveros, consisten en hacer un pozo de planta más o menos circular, aunque hay alguno con planta rectangular, con una escalera lateral de piedra. Todo el pozo está anillado de piedra.
Además de la nieve que pudiera caer dentro por efecto de las nevadas, los neveros introducían más de la existente en los alrededores, por lo que los pozos debían crearse en lugares estratégicos.
Estos lugares debían estar en la parte baja de alguna ladera para facilitar el relleno del mismo con la nieve de los alrededores. En 1857 se pidió la construcción de 8 pozos: El Portillo, Maja, Caramujo, Llano de la Pieza, Fuente de Las Vacas y Cerrillar; se cree que nunca se llegaron a construir. Como la nieve superficial y la de las grietas naturales desaparecía rápidamente, se construyeron los pozos con el fin de garantizar los suministros a las poblaciones.
La nieve guardada en los pozos duraba mayor tiempo que la del resto, a excepción de la Cueva del Hielo que duraba todo el año. El problema de esta última era la dificultad para extraerla y su transporte era más complicado por la altitud a la que se encuentra la cueva y el complicado sendero para llegar.
Además, que el pozo pudiese conservar hielo directamente de las nevadas, por medio de peones con el uso de palas de madera y cestas, la nieve de los alrededores del pozo se amontonaba para introducirla posteriormente en capas, en el interior. El pisonero era el encargado de compactar la nieve en capas que a su vez eran distribuidas en filas, utilizando helechos, paja o sarmientos para separarlas. Una vez lleno el pozo, este se tapaba hasta que llegase el momento de cogerla, cuando ya no quedaba nieve en el exterior.
El fondo del pozo estaba forrado con un tablado de madera, para permitir el drenaje. La nieve compactada en el interior de los pozos se llegaba a mantener hasta dos años. La nieve se llevaba sobre mulas, en bloques, a medida de los serones (albarda especial para el transporte de la nieve). Cada mula transportaba dos cargas de unos 40 Kg de nieve. Los bloques se cubrían con pinocha, paja, helechos, sacos o mantas. El transporte se hacía por la noche, para reducir el riesgo de deshielo de los bloques”.
“Con la aparición del hielo artificial sobre 1895, el negocio de los neveros fue desapareciendo, hasta que, sobre 1920, terminó por desaparecer, conservándose únicamente los restos de los pozos de los neveros, la Cueva del Hielo y la Historia”.
Fotografías de Gerardo Oronoz.
Recuerda el cumplir las normas de las autoridades. Míralas en sus páginas oficiales. Si la cueva está cerrada, cumple con el cartel. No dañes estos espacios y tampoco dejes restos de basura.
Conoce nuestro proyecto de https://tulugardeescape.com/.
El Paisaje Lunar en Granadilla de Abona, Tenerife, es un espectáculo natural único que te…
El Faro de Punta la Rasca, en el municipio de Arona, Tenerife, es mucho más…
La Playa Los Roques de Fasnia es un rincón único en el sur de Tenerife,…
Fasnia, situado en el sur de Tenerife, es un municipio lleno de encanto rural, historia…
Si buscas un rincón único en Tenerife donde disfrutar de la naturaleza y el mar,…
Los Roques de Las Ánimas y de Enmedio son dos impresionantes formaciones volcánicas situadas en…